La técnica del contorno con juego de luces y sombras, es sin duda, una de las que ha marcado mayor tendencia en el mundo del maquillaje profesional, por sus grandes efectos como: nariz refinada, pómulos abultados, ojos expandidos, etc. El contorno se basa en un principio simple: es el juego de luces y sombras en la piel; un tono claro ligeramente iridiscente para dar volumen e iluminar las zonas a destacar y otras con tonos más oscuros para ocultar lo que no favorece al rostro del cliente. En este módulo de formación profesional de maquillaje virtual, te enseñaremos como aplicar esta interesante técnica.
Lo primero que debes hacer identificar la forma del rostro de tu cliente, luego deberás marcar aquéllas zonas que deseas refinar y resaltar y las que deseas esconder para disminuir volumen.
Productos a utilizar:
- Un corrector de calidad y un iluminador, si deseas obtener un efecto resplandeciente. Estos correctores deberán ser de tonos más claros que la piel natural.
- Una paleta de contornos.
- Brochas
- Corte biselado, gruesa y de puntas, éstas se usan para aplicar color.
- Otra para mezclar los colores que usarás para mezclar y difuminar.
Forma de aplicar
Contorno:
- Sienes: Un par de puntos grandes o pequeños de acuerdo al tamaño de la frente del cliente.
- Pómulos: Una línea debajo de cada pómulo, desde la oreja hasta el labio
- Nariz: Traza una línea en el contorno desde la ceja hasta la nariz.
- Frente: Dos líneas sobre las cejas, sólo si el cliente tiene frente ancha.
- Quijada: Una línea por debajo para perfilar.
- Labio inferior: Una línea por debajo para dar volumen.
Corrector:
- Frente: una línea en el centro, paralela a los puntos del corrector.
- Pómulos: Otra línea por encima, pero al mismo nivel del corrector.
- Nariz: Una línea central para resaltar.
- Quijada: Un punto grueso sobre el corrector, para resaltar el perfilado.
- Labio superior: En el centro del labio para dar volumen.
- Lagrimal: Un punto pequeño para una mirada más expresiva.
Proceso de mezcla y difuminación:
Comienza a difuminar todos los tonos entre sí, utilizando las brochas en forma circular y lineal tantas veces como sea posible, cuidando el detalle de no dejar líneas divisibles. El efecto final debe ser un cambio de luces y sombras de forma difuminada.